COnsultas SOBRE EDUCACIÓN EMOCIONAL
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Sí nos referimos al lenguaje coloquial, afectividad y emotividad casi se podrían considerar como sinónimos, lo que
pasa es que está la etimología y lo que ha aportado las investigaciones científicas de lo que es emoción, o lo que es afecto y lo que es sentimiento. En la literatura actual se considera que afecto es un concepto muy amplio que incluye los complejos mutuos de los fenómenos afectivos. Entonces, dentro de esos fenómenos afectivos están emociones, sentimientos, estados emocionales, trastornos emocionales, inclusive rasgos de personalidad.
Entonces, la afectividad podríamos decir, en ese sentido que, puede ser un concepto tal vez más amplio sí le damos esta conceptualización, aunque hay una connotación de que afectividad podría interpretarse como más light y emotividad como más fuerte porque, la emoción es una respuesta neurofisiológica del organismo ante
los estímulos y los pensamientos que tenemos. Y, sabemos que hay una emoción cuando hay realmente esta respuesta donde se pueden formar secreciones hormonales, neurotransmisores, etc. Entonces, sí la pregunta es afectividad o emocionalidad, yo creo que, en general, la mayoría las considerarían como sinónimos. De allí iríamos a analizar las diferencias, es traducir en algún más fino y depende después del enfoque que le queremos dar, ¿me explico?
Yo pienso que la educación física es una materia muy apropiada para el desarrollo de competencias emocionales,
por múltiples razones. Voy a comentar algo al respecto.
Primero, podríamos distinguir entre agresividad que es por naturaleza del ser humano. Las personas somos agresivas, pero debemos canalizar nuestra agresividad para que la imitabilidad y agresividad humana no se llene de violencia. Y, el deporte es un gran medio para canalizar la agresividad. El deporte que no derive de violencia. Puede haber deportes que tengan cargas de agresividad, de violencia pública incluso.
Pero para mí, es muy importante que deba haber una educación deportiva que sea una forma de canalización
simbólica de esta agresividad. Sobre esto hay experiencias interesantísimas en algunos países latinoamericanos donde las tribus urbanas como por ejemplos en el deporte. A veces, aquí en Barcelona, han tenido enfrentamientos que les ha costado la vida a adolescentes. Da pena que se haya llegado a esto.
Profesores y profesoras que están trabajando en centros educativos y tienen en sus aulas estudiantes que forman parte de estas bandas. La situación es a veces tan absurda y tan difícil como querer abarcar territorios, querer un parque, por ejemplo, o querer montar una guerra de tribus, solamente por el hecho que son de otras tribus, por el hecho de querer hacer un enfrentamiento. Y hay experiencias donde se hacen enfrentamientos solo por ganar un territorio. A través de simposios de futbol, a través del futbol o cualquier deporte, uno puede canalizar mucha energía, puede canalizar toda su agresividad. Al final de un partido de futbol, uno puede tener
una descarga de esta agresividad, como sí hubiera vivido una experiencia de un enfrentamiento físico, de una guerra, prácticamente, pero sin los riesgos que estos conllevan.
Además, el deporte supone un esfuerzo físico, un esfuerzo físico que curiosamente activa neurotransmisores, activa serotonina y produce en la acción, en la actividad física, una percepción de bienestar que viene a potenciar la actividad física. Es además, una fuente de salud tanto física como mental. Pero, se necesita mucho más que ejercicios físicos, que implica no estar tanto tiempo sentados en la clase ordinaria, copiando altos contenidos que, a veces, no son de su interés. La biogénesis de lo que ha sido la emoción humana. Pasan una cantidad de horas sentados, muy superior a lo que es su biología, su capacidad biológica, sí a esto añadimos que en casi todas las aulas hay niños que pueden ser hiperactivos, y no vamos a entrar en el tema de trastornos de hiperactividad. Simplemente, deben hacer entrenamiento deportivo, deben practicar deporte, y crear esta labor en equipo. Un equipo puede funcionar así como una orquesta, una orquesta donde hay que coordinarse, el que gana no es un
trabajo individual, sino que es el equipo. Hay que ceder, hay que coordinarse y hay que estar siempre juntos. Y, sí están jugando, ganan, sienten una satisfacción y es algo extraordinario. Sí están ganando un campeonato, no es
solamente los competidores, sino también los espectadores.
Entonces, hay que entrenarse no solo para ganar sino también para saber perder, porque en cualquier competición deportiva suelen competir normalmente más de dos contrincantes.
Sabiendo que, uno va a ganar ha de saber perder para que no sea superior la frustración. Ahí es donde hay una gran oportunidad y ocasión para entrenar la tolerancia en la frustración.
Como dice Erich Fromm, el autentico amor se manifiesta cuando hay un compromiso por el bien del otro. Puede ser la pareja, pueden ser los hijos, pueden ser los estudiantes, puede ser la familia, pueden ser los compañeros, puede ser la sociedad del frente, y el concepto de prosocialidad que se usa en investigación científica para mencionar un tipo de comportamiento caracterizado por hacer algo en favor de los demás y, sea tanto favorable como positivo, para la persona destinataria de este comportamiento. Esto tiene mucho que ver con las emociones, porque de hecho el comportamiento prosocial cobra sentido cuando uno siente satisfacción al
adoptar estos comportamientos.
Yo creo que es indispensable, aunque no es solamente formarle sino contribuir a crear actitudes favorables para el desarrollo de competencias prosociales, porque cuando hablamos de un docente amoroso sí nos limitamos al amor como emoción como docente “yo quiero mucho a un estudiante” y, me quedo ahí, sin sentimientos amorosos, pues está bien. Pero, creo que hay que dar un paso más para que pase de la emoción al compromiso, al comportamiento. Una forma de dar este paso al comportamiento prosocial que significa compromiso para hacer, aunque sean, pequeñas acciones, pequeños gestos que contribuyan al bienestar de los demás. Porque, el amor, hay muchas definiciones de amor. El amor es la emoción más compleja que existe, porque es una sola palabra para referirnos a distintas formas de amor. De hecho, un comportamiento amoroso -supongo que no
entendemos un profesor o una profesora que se enamoran continuamente, que se enamora de la persona que está hablando, de sus alumnos, sino que estamos hablando de un amor más amplio. Es importante distinguir entre amor erótico, amor fraternal, amor maternal, amor social.
A ver, yo quiero ser muy claro. Para trabajar y para ser viable la educación emocional, hemos de satisfacer
previamente las necesidades sociales básicas de alimentación, descanso, cobijo, que esto es lo que nos confieren.
Si, entonces, usted me está hablando de Venezuela, en concreto, en el momento que estamos viviendo, donde yo me informo a través de la prensa. Observo que, hay unas necesidades básicas que una parte importante de la población dudo que tenga satisfechas. Entonces, yo creo que la política y los servicios sociales, el gobierno debería atenderlos y gestionar para que las necesidades básicas de la población estén en vías de solución; porque sí no, cuando la persona no tiene dominio para poder subsistir, se activan respuestas que pueden ser
impredecibles de violencia, simplemente para subsistir. Se puede ver como en situaciones extremas, una persona está dispuesta a matar a otra persona solamente para subsistir y es muy triste pero a veces se han dado situaciones de este calibre. Por tanto, dicho esto, teniendo presente que Venezuela es un país que teniendo grandes recursos, podría ser rico. El problema viene por la corrupción. Por una parte, los problemas políticos que por ahora no vamos a entrar en detalle. Pero, Venezuela podría tener una gestión política y económica que hiciera posible proyectos educativos de envergadura. Por ejemplo, hace como unos 30 años, creo recordar, se creó el Ministerio de Inteligencia en Venezuela y fue una experiencia pionera en un momento de desarrollo
económico y político de Venezuela.
Trabajar las emociones, primero, es muy importante.
Segundo, es posible. Pero, tercero, no es fácil. Requiere por una parte, una sensibilización del profesorado, de la
administración pública, que es quien va a derivar los presupuestos para la formación del profesorado. Y, una
sensibilización general de la sociedad que, permita trabajar
desde los centros educativos con las familias en un trabajo conjunto para hacer posible un desarrollo de competencias emocionales en los niños desde la primera infancia en los centros educativos, hablando de la educación infantil primaria, media o secundaria. En la educación superior, el desarrollo de competencias emocionales es un proceso largo que dura toda la vida para ser capaces de regular la ira, como estrategia para la prevención de la violencia. Es una competencia de muy alto nivel, que no podemos pensar que se
vaya a conseguir en una charla en un mes intensivo o en un año. Que se vaya a conseguir en un año, no. Requiere años de entrenamiento. Estamos hablando de gimnasios emocionales.
Para que así como, actualmente, hay gimnasios para entrenamientos físicos, pueda haber gimnasios para el entrenamiento emocional, para la gestión emocional, para la prevención del comportamiento de riesgo, para la prevención de la violencia y de dichos comportamientos que tienen en el fondo sustratos emocionales importantes.
El sufrimiento es un estado afectivo y cognitivo, complejo y negativo, que se caracteriza por una sensación de amenaza e impotencia para hacerle frente.
El sufrimiento nos hace responder emocionalmente en función de cómo evaluamos la situación. Es una respuesta subjetiva. Una persona sufre cuando experimenta un daño físico o psicosocial importante y cree, - y aquí reside el problema- que carece de recursos para afrontar la situación. Mientras que el sufrimiento es una emoción
centrada en un futuro incierto, el dolor se experimenta en el presente.
Es my importante saber que el estado emocional afecta a la percepción del dolor y el dolor al estado emocional. Esta interacción entre dolor y emoción hace que cuando nuestra estado es positivo (alegría, optimismo, humor) percibamos el dolor con menos intensidad.
Bisquerra señala que potenciar estas emociones ayuda a prevenir y superar en cierta medida el dolor, y recuerda que en situación de ansiedad y depresión, el dolor es más intenso.
La educación emocional es una disciplina que nos puede ayudar a desarrollar competencias emocionales que nos ayudarán a vivir mejor con nuestras emociones.
La tristeza aparece ante una pérdida de objetos de valor o de seres queridos. Es una emoción que predispone a disminuir al máximo la acción y a sentirse desmotivado, sin ganas de hacer nada y de aislarse. A veces, la tristeza cuando hacemos una valoración negativa exagerada de la pérdida. Llevada al exceso, la tristeza puede llevarnos a la depresión.
Como explica el doctor Bisquerra, en estos casos se aconsejan técnicas de reestructuración cognitiva de la realidad. Hay que prestar atención a lo que se conoce en psicología como la “tríada cognitiva”. Un estado mental que hace que nos veamos a como inútiles, pensamos en el futuro de forma negativa y percibamos el presente
como algo imposible de realizar.
Lo mejor para combatir la tristeza “es hacer actividades satisfactorias, cambiar el catastrofismo por un poco de optimismo, no fijarnos tanto en cosas negativas y tener una visión más global de la realidad, hacer autocrítica objetiva y positiva, aumentar las situaciones gratificantes, mantener relaciones sociales positivas, hacer actividad física y deporte y sobre todo, distraerse (lectura, cine, música, baile)”.
“Muchas personas van al médico porque se sienten mal sin saber exactamente lo que les pasa en el sentido físico del término. En el fondo lo que tienen es malestar emocional, aunque no sean plenamente conscientes de ello”, comenta Bisquerra.
Se trata de la ansiedad, una emoción negativa que equivale a una forma de estrés potencialmente dañino. “Es una respuesta emocional desproporcionada que se vive ante un peligro posible pero poco probable. La ansiedad es la anticipación del peligro;
que tal vez no llegue”. Activa un conjunto de respuestas fisiológicas como la taquicardia, el incremento de frecuencia respiratoria, sudoración, etc., y en el que participan respuestas operantes de escape o evitación.
“Es el resultado de un sentimiento persistente de fracaso o de frustración que genera diversos tipos de sentimientos de infortunio y, en sus formas agudas y crónicas, enfermedades orgánicas” explica Bisquerra. El pentágono de la ansiedad incluye depresión, desorganización (dificultad para tomar decisiones), dependencia, defensa y desafío (ansias de autoridad).
Algunas técnicas para reducir la ansiedad son la relajación, la respiración, el biofeedback, la desensibilización sistemática, la implosión, el modelado, el entrenamiento en habilidades sociales, la terapia cognitiva de Beck, la terapia racional emotiva o entrenamiento en inoculación del estrés, etc.
No son las cosas en sí, sino la valoración que hacemos de las cosas, las que nos afectan.
Lo importante no es la situación como tal, sino su interpretación cognoscitiva, dice Bisquerra. El estrés es una respuesta física y específica del organismo ante cualquier demanda o agresión.
El estrés tiene un efecto alto en el trabajo (más del 50 % del total de días de baja laboral son de origen psicosocial). Los síntomas más comunes son irritabilidad, dolor estomacal, humor inestable, intranquilidad, malestar general, obsesión compulsiva por el trabajo, tensión, facilidad por llorar, tics nerviosos, aspecto poco saludable, insomnio, llagas bucales, cansancio, pérdida de apetito sexual, ataque de pánico.
También puede producir depresión, enfermedades cardiovasculares, problemas gastrointestinales, afecciones respiratorias o trastornos musculoesqueléticos.
El doctor Bisquerra aconseja para podemos afrontar el estrés con algunas estrategias.
Entre ellas la reevaluación positiva, la planificación, la desconexión mental (distracción), el desarrollo personal, la regulación emocional, el distanciamiento, supresión de actividades distractoras, resolver el problema, buscar apoyo social o expresar cómo nos sentimos. Las técnicas de relajación, respiración, y meditación son
muy efectivas tanto en la prevención como en el afrontamiento del estrés.
Entre ansiedad y estrés hay una relación tan directa que a veces se hace difícil distinguir.
Esta es una emoción muy potente que incluye un amplio abanico de emociones como rabia, cólera, rencor, odio, furia, indignación, resentimiento, aversión, exasperación, tensión, excitación, agitación, acritud, irritabilidad, hostilidad, violencia, enojo, celos, envidia, impotencia, desprecio, antipatía, resentimiento, rechazo o recelo.
Se conoce que la ira y la hostilidad son factores de riesgo significativos en la enfermedad coronaria y en los trastornos cardiovasculares, hipertensión, cáncer y dolor crónico. Por ello es muy importante regular esta emoción negativa, “no solamente como prevención de la violencia, sino también como prevención de
enfermedades”, anuncia el especialista en educación emocional.
Entre las estrategias para tratar la ira, Bisquerra recomienda el entrenamiento para el autocontrol personal, la disrupción e interferencia de la respuesta de ira, el desarrollo de habilidades sociales y de afrontamiento pasivas (relajación, respiración, meditación), la reestructuración cognitiva y el entrenamiento en solución de
problemas.
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